miércoles, 16 de septiembre de 2009

Fiebre Amarilla

Una epidemia singular se ha encargado de infectar progresivamente a los diferentes medios de comunicación audiovisual con singular éxito. Es una fiebre que provoca una inusitada sed de sangre y un particular agrado por las escenas de violencia y los informes morbosos sobre los personajes marginados de la sociedad.
Ahora que está en plena ebullición la discusión sobre la nueva Ley de Medios impulsada por el gobierno Nacional, sería interesante comenzar con la elaboración al mismo tiempo de una vacuna eficaz contra este amarillismo furioso que se disfraza de información periodística jugada y profunda. Resulta imperioso legislar también sobre los contenidos para evitar que se recurra a la violencia y a la burla despiadada como relleno regular de una enorme cantidad de programas que se escudan en su carácter "popular". Estos programas pretenden convencernos de que 30 puntos de raiting representan a TODA la gente, es decir que para ellos tres millones de personas son TODO EL PUEBLO ARGENTINO. Estos lamentables divertimentos recurren permanentemente a la exposición descarnada del idiota del pueblo, lo exhiben para regocijo de una ciudadanía que se ríe hasta el ahogo con sus miserias. Nos han ido acostumbrando a que las formas de promoción de los "nuevos artistas" son el escándalo, la violencia, la pelea absurda y la discusión hueca. Programas que se autoproclaman "periodísticos" o de "espectáculos" se ofrecen como vidriera de personajes lamentables que, a falta de todo talento, se arrastran al nivel más bajo revolcándose sin vergüenza en su propia mediocridad.
De esta manera vemos a un sobreactuado Jorge Rial dando lecciones de periodismo mientras busca en la basura, a Chiche y su triste espectáculo de variedades y vajezas, a Tinelli y su degradación sin límites en pos del espectáculo, a Grondona y su placer histérico por las botas y los uniformes, a Luis Majul y su inofensiva cornisa cada vez más cerca del suelo, a Hadad y su proclama permanente de ultra derecha, a Crónica TV y su caldo espeso de "sangre y justicia por mano propia" y a los muy redituables informes sobre las nuevas estrellas televisivas: drogadictos, delincuentes, borrachos, cartoneros y presos a los que ya no queda nada por preguntarles.
A fuerza de ser justos debemos aclarar que nada de esto es un invento argentino, la burla, la violencia, la exposición de la idiotez como una gracia son recursos cada vez más utilizados por las televisoras de todo el mundo, mayoritariamente por los mal llamados "reality show".
Nada menos real, nada más artificial y vulgarmente guionado que un reality. La intención de estos shows queda claramente expresada sin reparos en sus promociones donde, en la búsqueda de nuevos talentos de la canción por ejemplo, la propaganda expone a aquellos que han hecho un papel lamentable y hasta los mismos 'jurados' se ríen a carcajadas de ellos.
Nuestra aldea necesita más que nunca de los bufones, quizás para que nos arranquen por un momento de nuestra persistente infelicidad tratando de abofetear a aquellos que SON PEORES QUE NOSOTROS. Es nuestra anónima posibilidad de burlarnos de otro sin que nos vean.
Es, también, una mínima respuesta frente al hecho de que se han burlado de nosotros durante todo el día: en nuestro trabajo, en la calle, con los impuestos, con la impunidad del delincuente, con la soberbia y desfachatez de los gobernantes, con la usurpación de nuestros pobres bolsillos, con la ley para unos pocos, con la subestimación de nuestro criterio. Entonces, el benévolo televisor nos ofrece la modesta revancha, dulce como el almíbar de los dioses. Ahí está el idiota de turno, que puede ser una vedette con boca de letrina o bien un travesti anciano con debilidad mental – eso no importa – para que nos descostillemos en nuestro cómodo sillón o nos sequemos las lágrimas con el borde de la sábana. Sólo así nos es posible conciliar el sueño y dormirnos pensando que dentro de esa caja viven y mueren todos nuestros temores.
No considero eficiente el exorcismo.
Nuestros demonios despertarán junto a nosotros como cada día, volveremos a ganar la calle para apiñarnos en colas desesperantes, viajar como reses al matadero, mendigar el sueldo mezquino, soportar la queja injusta y la prepotencia, pagar mucho por aquello que vale poco, lidiar con la sentencia del espejo que no tiene la delicadeza de mentirnos, comer sin hablarnos y regresar a la trinchera donde esperaremos, ensayando la sonrisa, a que asome su cabeza el próximo bufón.

2 comentarios:

  1. Yo no creo que todo eso le guste a demasiada gente, lo que si creo es que los programas estos tienen muy bajo costo de producción. No hay artistas, no hay ficción, no hay cachés altos, al contario, hay una centena de personajes "mediáticos" que se vuelven "mediáticos" en una semana, y luego cuando cansan son reemplazados por los que esperan ansiosamente ser llamados para tener sus cinco segundos de fama. Todo es mentira, todo es fabricado, los dramas, las lágrimas, las peleas, nada es espontáneo, y todos lo saben, pero igual funicona. Escandalizar para salir en TV y conseguir algún laburito. No juzgo a quienes hacen eso, ellos no tienen la culpa. Pero no se quien tiene la culpa, tal vez los productores, en su afán de reducir costos, han optado por lo más berreta. Me dan pena esos personajes, no me causa gracia, me parece todo muy cruel.
    Saludos Reynaldo!

    ResponderEliminar
  2. Estimado Reynaldo, he leído tu comentario en ClarinBlogs y te agradesco por lo mencionado, espero no decepcionarte en cuanto a mis dibus, ojalá te gusten!.. (todos los miercoles estaré posteando uno más)..
    En cuanto a Tu Blog me pareció muy Original y se nota que hay talento también en tus palabras (hasta se confirma con el título!), jajajajaja
    Contáme como una Hormiga más de Tu Hormiguero, estamos en Contacto!
    Saludos Cordiales.
    Penki.(PenkiBujo.tk)

    ResponderEliminar